viernes, 8 de julio de 2011

Siempre que hagas la Ouija, tomatela en serio.

Esto pasó el año pasado. Jugué al juego de la ouija con mi amiga Carla. No nos lo tomamos en serio y empezamos a insultar, bromeando, a los espíritus que invocababamos. Por mala suerte, invocamos a Satanás que nos deletreó: "Lo que no crees es real".

Era tarde y mi amiga se fue a casa. Como mi novio había muerto en un accidente de tráfico, yo estaba sola en casa, así que me fui a dormir. Sobre las 3:20 de la madrugada me desperté y me fui a beber un café. Mientras bajaba las escaleras, oía las voces de una niña gritando muy en la lejanía. Cuando llegué a la cocina, cogí el vaso y había un papel bajo él que ponía escrito: "Te lo he dicho".

De repente sonó el teléfono. Era mi amiga Carla, preocupada por que su hija de dieciséis años no había regresado a casa. Entonces vi que bajo mis pies había huellas de sangre. Las seguí y me llevaron hasta el cadáver de la niña con el cuello degollado que yacía en mi cocina. Asustadísima fui a casa de Carla. Subo corriendo a su habitación y me la encuentro también con el cuello degollado igual que su hija.

Además en su frente alguien había grabado con un cuchillo: "yo tengo la razón". Me desmayé y cuando desperté estaba en un hospital. Todo se acabó.

Te recomiendo que no juegues a la ouija si no lo hacés en serio.

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